Creé Más En Vos
- Pilar Muñoz
- 18 oct 2021
- 2 Min. de lectura
“Vos sos re segura”. Me dijeron esta frase un millón de veces, pero recién hace unos años me lo empecé a creer. Y no siempre fue así, fue un largo camino de aprendizajes, tropiezos, caídas y levantarse de nuevo, sacudirse y de nuevo volver a caer para dar lugar a todo el ciclo nuevamente. Ciclo que se sigue repitiendo, menos, con otras características, pero que está ahí.
Si te considerás una persona insegura probablemente te sientas identificadx con algunas de las frases que siguen:
“Los demás hacen todo mejor que yo”.
“La gente no me da bola”.
“No soy lo suficientemente valiosx / interesante / etc...”.
“Si me equivoco me muero!”.
“Todxs se van a reir de mí”.
“Haga lo que haga no me valoran”.
“Tengo que ser distintx a lo que realmente soy si quiero que me acepten”.
“Qué van a decir si….”.
Cuando sentimos inseguridad propia tenemos que empezar por preguntarnos de dónde viene, qué voces escuchamos, qué pensamientos se nos vienen a la mente y dónde se originaron (personas? experiencias?).
No nacemos segurxs o insegurxs. Nos vamos construyendo a lo largo de la vida a través de nuestras experiencias y vínculos. Entre ellos, uno de los más importantes es el que tenemos con la familia. Ahí es donde hacemos las primeras maniobras de prueba sociales para después salir al mundo.
Cada persona, por ende cada familia, transmite y construye sus propias reglas. No se trata solo de “eso no se toca” o “se come a tal hora”, sino también de reglas que están implícitas y que impactan en el modo de vida pasado, presente y futuro. Impactan en el modo de ver el mundo, a sí mismx y a las demás personas.
En la familia aprendemos y nos vamos moldeando en distintos aspectos, entre ellos la seguridad personal.
¿Qué mamamos de nuestra familia en relación a esto? ¿qué características de personalidad tenían mamá y papá? ¿eran ellos personas seguras en sí mismas y confiadas? ¿qué mensajes explícitos nos daban que afectaron nuestra autoconfianza? ¿y qué mensajes implícitos? ¿qué podíamos leer de sus comportamientos? ¿cómo se vivía el fracaso en la familia? ¿qué significaba el error? ¿y el éxito? ¿nos comparaban con alguien más? ¿nos sentíamos valoradxs?
Podemos preguntarnos esto y mucho más. Las preguntas son guías para deconstruir esos pensamientos que creemos tan nuestros pero que muchas veces fueron inoculados desde afuera y los sostuvimos por costumbre, por mandato y por falta de un criterio propio.
Ojo que no quiero decir que las personas inseguras no tienen criterio. De ninguna manera! Sino que los criterios que utilizan para autoevaluarse provienen de un lugar externo, de formatos viejos y ajenos. Y ya sabemos lo que pasa cuando dependemos del afuera para evaluarnos, no? No podemos conformar a todo el mundo!
Es importante volver la mirada hacia adentro y empezar a desmenuzar las creencias que nos atraviesan y desde ahí reconstruirnos y trabajar en nuestra seguridad y autoconfianza pero con la mirada puesta adentro y no afuera.
Obvio que se puede trabajar… se puede hacer en terapia, se puede hacer aprendiendo de nuestras experiencias y fundamentalmente, aceptando quienes somos.

Comments